This is for anyone with the broken heart.For anyone who cant get out of bed.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Un día ella le cogió de la mano para cruzar la calle, y la calle le envidió.

Y podría hablaros de ella, de su pelo oro y sus ojos cristalinos. Hablaros sus manos diminutas y de ese rizo en su sien que se niega a alisarse, de sus rodillas huesudas o de su minúscula marca de nacimiento. De su risa contagiosa y de lo terriblemente preciosa que es cuando llora. Podría, también,  de esa pequeña mueca que hace cuando sonríe. Pero sólo cuando le sonríe a él. 
Podría daros mil y un motivos por los que la envidio, la detesto. Por los que cada lagrima que derramo es una súplica. Suplico ser ella.
Pero os engañaría. 
Lo que la hace tan terriblemente preciosa es él. Es la manera en la que la observa. La manera en la que respira su aire y baila al ritmo de las palabras que pronuncia, a otro. Porqué sus diminutas manos, su rebelde rizo, sus rodillas y su marca de nacimiento son de otro. Y él se pregunta porqué no son sus bromas de las que se ríe. 


Y yo me pregunto, ¿por qué el no me leerá? ¿Porqué no respirará mi aire?