Tu has ganado. Adios.

¿Eres dios? ¿El destino? ¿El karma? Dime quien eres y a quien le debo todo este odio. Era una promesa, mi promesa. Mi condena. Su condena. Trataste de que no lo consiguiera, poniendome mil y una irresistibles razones para no cumplirla, y aquí me tienes. Apunto de fallarme a mí misma, a todo en lo que creí. Jugaste con mis sentimientos, con mis opciones, con lo que mas quiero, con mis pequeñas debilidades. Apartaste de mi lado a los que yo quería. Y pude con todo. Seguí con mi promesa, porque eso hacen los corazones como él mío. Pero esto has sido demasiado, seas quien seas, has llegado demasiado lejos. Jugar con la vida de los que me rodean para conseguir tu absurdido propósito.  Es demasiado.
Así que, antes de que todo empeore aún más, iré. Me perderé a mí misma,  o me encontraré. Quien sabe. A estas alturas ya lo único que me preocupa es el por qué. El porqué quieres que vaya. El porqué es tan necesario, que o quién está ahí. Lo descubriré, y para mi desgracia o suerte, antes de lo que me imagino.

S.

No es culpa tuya. Tienes que saber que nunca fue culpa tuya. No la abandonaste, y eso es más de lo que cualquiera podía hacer. La enfermedad pudo con ella, pudo con todos. Se terminó, así son las cosas. Nunca llegarás a comprender las razones, y yo tampoco. No se pudo, pero sí se quiso. Ella es otra en mi lista de corazones fríos, mi interminable lista. Y ella también tiene sus motivos.  Y como siempre dicen "El amor no salva" pero si lo hiciese, ella aún estaría a tu lado.

S.

¿Quieres mirar la lavadora conmigo?

¿Alguna vez os habéis sentido tan, tan felices, que habéis pensado que jamás os sentiriais tan felices. Vuestra vida ha llegado a una perfección total, que quizá no vale la pena buscar más? Yo si que he encontrado esa felicidad.
S.

¿Y sí incumple la promesa? Se lo estaba replanteando seriamente. ¿Qué podía perder? Él no iba a estar. Aquí nadie la quería, y allí no la iban a querer mejor. Qué mas daba no cumplir la puñetera promesa. Las cosas no iban a cambiar, él no la iba a querer, nunca, y era hora de que se diese cuenta. Es más. No es la primera vez que cumple promesas, esperando ansiosa las inexistentes recompensas. ¿Sería igual esta vez?  ¿Cumpliría otra condena en vano? ¿Serviría esta para algo? Lo único que sé, es que aquí, allí, o a miles de kilómetros, ella  nunca será feliz. 

S.

S cursiva.

Soy S. Seré muchas cosas y trataré de ser otras muchas, pero siempre termino siendo esa pequeña ese cursiva al final de cada texto que me recuerda que es todo lo que llegaré a ser.  Soy julio y soy diciembre. Puede que dentro de mí solo haya eso, polos opuestos, distancias insalvables que tratan de saciar su necesidad de compañía aquí, por esa simple razón, siempre seré S.
S de sentir, de soñar, ser, sábado, suspiro, de los sesenta días que me quedan aquí, de salir, sorpresas, de sola,  sucio,  sabanas,  saciedad, de sincera, saliva, secreto, sollozar, de seda,  suerte,  salamandra, sentimental, sufrimiento,  sushi, serpiente. S de siempre, S de suya.

S, siempre suya.

¿Quién es? Ya apenas ni se reconoce, hace mucho tiempo que el mirarse en una foto solo le causa melancolía. Porque eso es ella, una melanclica que vive en South of Houston Street que, como diría una buena amiga mía, vive a base de café y novelas de amor. 

S.

Leslie Leclerc

 

Todo en su vida estaba teñido de melancolía sus mañanas no conocían mas felicidad que la de saber que desayunaría chocolate, sus días se resumian en en tratar de sobrevivir, de aguntar un día mas, y sus noches en desear que al despertar, todo hubiese terminado. Sus palabras frías, su corazón todavía  más. Sus amigos imaginarios, su amantes inexistentes, sus sonrisas para complacer. A la pequeña Leslie la quieren, claro que lo hacen, pero el amor no salva, no cura. 

S.

Silencio. ¿Por qué silencio? Detrás de un silencio largo nunca viene nada bueno, y pese a saberlo, ¿por qué me quedé allí plantada, petrificada en aquella típica cocina inglesa mirando a un perro que ni siquiera me caía bien? Si resultará que al final la culpa la tendrá el viejo chucho... ¿Por qué no hablé, o sonreí al menos?
Silencio no, cualquier cosa menos silencio.

S.

Habríamos sido agua, habríamos sido muchisimo más, tan grandes una tormenta en un cuadro de Hopper, como un temporal en alta mar, y tan pequeños como una gota de rocío. Pero nuestros corazones se convirtieron  en anclas cansadas de naufragar. Y entonces descubrimos que no nos quedaba nada, que todo estaba perdido en el olvido. 

S.

"No es amor el amor que al percibir un cambio cambia. O no, es un faro inmóvil que contempla las tempestades sin moverse".Y ahora, soy yo la que te recuerda. Precisamente sentada bajo un faro, observando como las olas pelean contra el acantilado en una lucha que no cesa, que no tiene ganador. Mientras nosotros vivimos nuestra propia guerra. Una guerra de orgullo, cartas sin envirar, sin besos en el anden, sin trenes que perder. Ojala termine todo pronto, ojala la distancia termine, los celos cesen, los besos vuelvan. Ojala seamos todo lo que una vez fuimos.

S.

Querido Bruno

Ella nunca te querrá y tu nunca llegaras a comprenderlo. Explicame que tiene que tanto te gusta. Su sonrisa tal vez, su personalidad a lo mejor. Lo único que sé es que es un corazón frío, otro más en mi vida, pero ella es así porque su corazón tiene dueño, y pequeño, no eres tú. Es de uno que vive a base de sueños, tablas de surf y monopatines. Y tu no tienes comparación, solo eres ese "aire a Bruno Mars". Te diría que lo siento, pero no lo hago, te diría que yo si que te quiero, pero tampoco. Te diría que las cosas mejoraran, pero no te mentiré, te diré que habrá otras, pero sé que no la olvidarás. Te diría que estarías mejor conmigo, pero sé que nunca tendremos la oportunidad de comprobarlo. 

Lo único que puedo decirte es adiós, o al menos, es lo único que te mereces.

S.

Ella se ve sexi, se ve guapa, se ve única y deseada. A cuantas de aquel bar les gustaría sentirse como ella, dueña de su vida, sin ataduras, sin nadie a quien no pueda cambiar con las sabanas. Ella loca, borracha, empedernida, inigualable. Y si regresa su cordura para atormentarla, el tequila la ayuda. Y si la culpabilidad la llama, las caladas la salvan.

S.

No hay nada mas bonito que lo que empieza por casualidad y acaba bien.

Quizá sea yo, quizá seas tu, quizá sea la distancia la que nos separa... Quizá sea el orgullo que corre por nuestro cuerpo o quizá el destino nos quiere separados.... Yo se que que ambos nos quisimos, o que simplemente hubo algún modo de atracción, que todo queríamos que fuese como en un cuento de hadas en el que a pesar de la distancia o el tiempo siempre acabaríamos juntos, que llegarías a ser el amor de mi vida... Pero también supe que en ese momento cuando yo mas deseaba todo esto, la magia se había acabado.

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