Kai de Dana.

Imaginas tu muerte, cuando le vuelvas a ver, cuando por fin disfruteis de un beso, de una caricia, de vuestro amor. El te está observando, seguro, y con esa idea te duermes sobre el frío suelo. En tu sueño le ves encerrado en aquella botella, lloras, pataleas y maldices hasta que sientes unos fuertes brazos que te rodean y te cargan hasta una mullida cama.

-Ya pasó Dana, ya está, sabes que lo volverás a ver y que él te extraña tanto como tu a él.

Esas palabras de Fenris te reconfortan y logran que tu sueño se apacigue. Ahora no sueñas nada y cuando despiertes, temerás de nuevo haberle perdido incluso en tu recuerdo.

S.

               

Ochenta y tres días es todo lo que ella podría ofrecerte, un verano para algunos, una vida para otros. Una escapatoria, una manera de huir. Y es que cuando brillé el último de los fuegos artificiales sobre la playa llena de sueños, de esperanzas que terminan, ella desaparecerá como lo hacen las últimos colores que adornarán el cielo esa noche. Es tu decisión si quieres todo o nada, arriesgar o mantener, vivir o esperar. Las sonrisas desaparecerán, las noches convertidas en días, el alcohol como sangre por las venas, los veraniegos, los amores estacionales, todos volverían a casa, pero tu seguirás aquí, como si el el invierno cubriese con su manto blanco todo lo que aquí vivimos una vez. 
S.

Stefano. Rumanía. 14,junio.

Hace mucho que no sabes nada de esa persona, desde que derrepente, tu lugar en su vida se escapó como se desliza un ratón entre las grietas de esa vieja pared. Es posible que hasta sufrieras al salir de su vida. De un momento a otro el estar sentados en el sofá viendo la tele, charlando o simplemente acurrucados, todo, se reduce a cerrar la puerta trás de ti, sin decir nada, como un padre alcohólico falla  a su hijo por un mísera dosis que le ayude a seguir adelante una noche más.

Y a estas horas, sientate con los ojos cerrados y recuerda todo lo que una vez vivimos juntos, todo lo que una vez fuimos.

S.

¿Y si cuando este acurrucada en la cama, mirando por la ventana, a miles de kilometros de tí no recuerdo tu cara? ¿Y si no soy capaz de imaginar tu voz o tu sonrisa? ¿Y si olvido lo unico bueno que tengo? ¿Y si te olvido? Hay pocas cosas imposibles y creo que esta es una de ella, pero el que tu me olvides será tan facil, tan posible, que me aterra. Tu indiferencia me mata.

S.

s

Die.

“I’ve have returned to the Northern Skies where the summer had not touched the clouds that class above and I have returned to the somber greens of the days too early to come and too early to stay
and I have left a million stars and an ocean so lightly, so clearly blue
and I have left the warmth of the sun and a millions adventures not yet begun” — Paolo Nutini

84 míseros días.

Desde hace unos meses mi vida es un reloj de arena. Pasa muy despacio para unos, rápido para otros. Siento que el tiempo se me va, que como la arena, se me escapa entre los dedos. 3 meses. 84 días 1848 horas. 110880 segundos. Esa es mí condena. Es el tiempo que tengo para disfrutar de esto, de mi vida aquí antes de que todo cambie. El mítico "carpe diem" es más fácil de decir que de hacer. Saber que cada dia que pasa es un día que se va, que ya no volverá, asusta. Asusta mucho.

Tu y yo ya no somos los mismos.

Cada vez que pasa el tiempo, las cosas van cambiando. Todo se va esfumando, tu te vas alejando y yo cada vez no sé que hacer con mi vida. Me he preocupado mucho de la tuya, y ni siquiera me he parado a pensar que que cómo sería mi futuro sin ti. Me acuerdo de esas veces en las que no parábamos de reinos y de decir que esto nunca acabaría, que como nosotros no había nadie mas, pero son cosas, que cómo todo, no acaban durando. Que yo te digo que sigo teniendo esperanza sobre nosotros, sigo pensando que todo puede volver a ser como antes. Que podríamos volver a ser los mismos, dando bienvenidos a gente nueva, pero que no lleguemos a la despedida. Ambos hemos cometido muchos errores, pero sabiendo lo que hemos vivido, viendo fotografías antiguas nuestras, ¿por qué echar a perder todo?

C.