Quién nos iba a decir, amor mío
que todo acabaría así.
Porque ha acabado.
Quién se atrevería a predecir
la primera vez que te vi
que el destino nos iba a querer tan mal
tan distantes y
tan cerca el uno del otro.
Quién habría sido capaz de prever
mil ciento cincuenta y cuatro días atrás
que todo concluiría así.
Porque ha concluido.
Quién fue el sabio que supo
que nada saldría como queríamos.
Que no tendríamos tiempo si quiera
para averiguar que eramos.
Qué podíamos ser.
Quién no nos avisó
de que nuestro sino era sufrir,
por separado.
Que tu aire, no era mi aire.
Que todo terminaría así.
Porque ha terminado, ¿o no?