de lo que pasó
de como me destrozaste.
Es que no puedo dejar de sonreir
porque hoy
no he conseguido recordar tu nombre.
Cómo diría Borjes,
el olvido es la única venganza
y el único perdón.
Ya nunca más
voy a sentirte,
a llorarte,
a temerte.
Después de ti llegaron otros,
a los que también les falta
ese brillo en los ojos
y han tenido que venir
a terminar de romper
los trozos en los que me dejaste.
He construido un mosaico con ellos.
Soy una puta obra de arte.
Ya no me asustan las playas en noviembre
ni poner el corazón en cada jodida decisión.
No voy a dejar de ilusionarme
por que un tío me escriba
ni voy a dejar de subirme
en cada montaña rusa que vea
por el vértigo que pueda darme estar arriba.