y ese es nuestro gran problema.
Hemos pasado tanto tiempo
estando, que no siendo, tristes
que cuando acariciamos el éxtasis
con las yemas de los dedos
rompemos a llorar
porque es a lo que nos hemos acostumbrado.
A llorar.
No sabemos ser felices
y ese es nuestro gran problema.
Porque confundimos
amor y distancia
olvido y deseo
caricias y puñales.
Y qué culpa vamos a tener nosotros
que hicimos lo mejor que pudimos
con lo poco que tuvimos.
Que nos curamos las heridas
sin saber de medicina.
Saturando.
Desangrando.
Y cosiendo con los mismos alambres
con los que una vez construimos la vaya
entorno a nuestros corazones.
Por miedo.
Ingenuos.
Insensatos.
S.