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Tengo seis ángeles de la guarda

que velan por mi

en mi más cercano día a día.

Tengo, en clase, seis ángeles de la guarda

y me faltan esquinas para colocarles

y no hay herida que no tapen

con las palabras del amor que más salvan,
las verdaderas.

Tengo seis ángeles de la guarda

y todos pasan de los treinta.

Algunos hasta los doblan

Pero sumando sus años y sus lágrimas
no llegáis a haceros una idea de las vidas que les debo.  

Tengo seis ángeles de la guarda 

que me ven, y es mucho decir

más que de la mayoría. 

Me ven, incluso cuando yo no me veo. 

No es que me encontraran, es que nunca me perdieron.
No es que me curaran, es que me salvaron. 

Y yo, ahora, solo puedo dar las gracias
tantas veces como sea necesario para que comprendan
que soy quien soy (mejor cada día) gracias a ellos. 

Otra vez más, pero no la última; GRACIAS                                                                          S.