Sé que debería haberos escrito antes. Pero aún no es tarde para contaros como este tiempo sin escribir es lo mas parecido a tiempo sin vivir.¿No os pasa? En mí, y en muchos otros, las palabras son las moléculas de oxigeno que nos permiten levantarnos una mañana más, y creedme si os digo que no sé si no sería mejor quedarme sin ellas. Sin las palabras.Pero aquí me tenéis, como tantos otros días. Con Norman Palm haciéndome mayor compañía de la que nadie podrá hacerme jamás. Más de la que me hago yo.
Y tras semanas sin escribir (o respirar, como prefiráis) ¿Sabéis lo que me conduce a hacerlo?
Como si de una pistola en la nuca se tratase, su sonrisa me tiene aquí. Sonriendo. Escribiendo. Respirando. Por y para ella.
Y no creo que haya nada más bonito.
S. (viva)