"Esperar a alguien en la vía de tren. Ese es el destino"
Ingenua. Inconsciente. Ilusa.
O al menos es lo que pensé, hasta que el reloj de "Westbahnhof" se paró. Al igual que su corazón. Crash. Mil y un pedazos, su taza de café y mi incredulidad. Ambas se rompieron. La concurrida estación paró su ajetreado vaivén para observar aquella taza (o lo que quedaba de ella) y, por supuesto, a aquella pareja de enamorados que, hoy, volvían a encontrarse.
Nadie sabe hasta cuando, y ¿a caso importa?
S.