This is for anyone with the broken heart.For anyone who cant get out of bed.

sábado, 20 de agosto de 2016

ÁFRICA.

Voy en un matatu a rebosar de gente cuyas vidas se han cruzado con la mía. Suena Better Man de Nutini y desde la ventanilla se extiende hasta el horizonte el Rift Valley. 
Pronto anochecerá y otro día habrá acabado. 
Y así se sucederán los días y tendré que volver a casa. Perdonadme por reconocer que tengo miedo. Miedo a no saber volver. A entender que no debí venir.  Que no era fuerte para llegar y que soy muy débil para no marchar.
Paolo canta al hombre que ella le hace ser, mejor. Creí que África me ayudaría a encontrarme a mí misma y ahora me aterra hacerlo. 
¿Qué sucede si no me gusto? ¿Si no merezco esto?

Dos cartas en un buzón. "Qué fuerte eres" claman. No soy fuerte. Soy tan cobarde que aíslo el dolor porque es lo único que hago bien. 
Envolverme como maletas en aeropuerto para no sufrir daños.
"África ya me ha cambiado" dijo Lucía una noche. "África ya nos ha cambiado" pensé. A todos. Nos ha unido. Nos ha reforzado o simplemente ha sido la aguja que rompió la burbuja de nuestra realidad. Pluf. De golpe. Sin calentamiento ni preparación. "Nada de lo que creías hasta ahora existe. Tu vida son espejismos y todos los espejos mienten. Bienvenido al mundo, hoy vas a nacer otra vez". Por eso, al llegar te bautizan. A mí me bautizó un ángel sin alas ni aura, pero irradiaba paz y sus manos acariciaban las mías.