Es martes. Y llueve. No sólo fuera.
Llueve tanto que me pregunto
qué pasa con los que nos da miedo el mar.
Los que ponemos esa excusa
porque nunca supimos nadar.
Y porque una vez nos ahogamos.
Que después lográramos respirar
dejó de ser mérito nuestro.
Como la primera palmada a un recién nacido.
Me pregunto qué pasa con los que somos non-natos.
Me pregunto.
Es martes. Y es enero.
Ayer fue el día más triste del año.
O eso dicen. Pero quién dice.
Ya ha anochecido, y pronto será mañana.
Algún día será tarde.
Y mientras tanto, anochece en alguna parte. S.