Niegamelo. Sé capaz. Pero mirame a los ojos mientras lo haces. Mientras me mientes obviando lo que es más que evidente, que tienes tanto miedo como yo, que te cuesta vivir y te duele respirar. Que has dejado de soñar.
Niegalo. Cubre tus heridas en lugar de curarlas, deja que te hagan mas y más débil. Hasta que ya no seas capaz ni de negar, a nadie, a nada.
Te acostumbraste a la mentira como forma de vida, a fingir para sobrevivir, aunque sólo fuese un segundo más, un pequeño instante.