Cristales rotos. Eso es todo lo que quedo de auqella noche. Los besos, el cariño. Todo se esfumó. Los recuerdos terminaron consumiendose en aquella sucia chimenea, jutno a todo lo que pudimos llegar a ser. Dicen que donde hay fuego siempre quedarán cenizas, pero nosotros eramos un incendio que arrasó con todo lo que encontró a su paso. Creo que al final, nosotros nos apaciguamos a nosotros mismos. Nos convertimos en el agua que curaría nuestras heridas, pero en los campos arrasados, tarda mucho
en florecer.
Sofía.