Un día empezará esa condena para tí. Te pasarás el resto de tu vida pensando en mí, abrazado a ella. Pensando como habrían sido las cosas si no me hubiera ido, si no hubiese decidido irme de aquel restaurante, si tu soberbia no hubiese tentado a mi orgullo. Si cada uno de los dos hubiese hecho algo para arreglar aquella situación, si tu hubieses venido al embarcadero aquel atardecer. ¿Cómo habrían sido las cosas entonces? Tendríamos el pelo canoso, sentados en el porche rodeados de nietos, sin necesidad de saber quien eramos, ya lo sabría el otro por nosotros. Amandonos.Felices. Habría sido un bonito final para los dos. Pero yo me fui del restaute, tu suberbia tento a mi orgullo, no hicimos nada por arrglar la situación, no vinisite al embarcadero aquel atardecer y yo no me quedé.
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