Y qué David Gray que me provoqué ganas de llorar, de morirme con su Forgetting. Que solo me den ganas de escribir durante horas para dios sabe quien. Me doy cuenta de que eso es la vida, un olvido continuo. Una depresión constante en mí. Agustana, con su dulce piano y su Boston, solo me hace sentir que por un segundo, vuelvo a casa, a Boston. Porque sí, mi alma pertenece a los patitos que había en el parque, al restaurante en el que cené todas y cada una de las noches que pasé ahí. Puede que los días mas felices de mi vida. Y saber que cuando vuelva, los problemas que me asfixian abran terminado, como si más que una ciudad fuera un refugio. John Mayer y su melodía me recuerda una y otra vez lo muchísimo que quiero a mi mejor amiga Victoria, siempre me hace sonreír al escuchar la canción. James Blunt, el único que siempre aparece en los momentos más importantes de mi vida, el que siempre me ayuda a tomar decisiones, a ser mejor persona. Y por último, Paolo Nutini. Mi cantante favorito. Parte de mi. Quien me hace seguir adelante cuando todo va mal, cuando nada tiene solución. White Lies me recuerda a Alice y a Paul, al verano que pasaron juntos, al amor que vivieron, al otoño new yorkino. Y como no, Northern Skies siempre siempre serán N y Marc. Siempre será esa tarde en el embarcadero en el que ella se marchó y él no fue a buscarla. El día que todo termino, y que empezó todo. Siempre irá por ellos, por lo que fueron y por lo que pudieron ser.
S.
